Hace tiempo que en el pueblo
según pude yo saber
que unas clases de bolillos
se estaban dando ¡Qué bien!
según pude yo saber
que unas clases de bolillos
se estaban dando ¡Qué bien!
Como me gustó la idea
allá que fui y me apunté,
pero nunca yo pensara
que lo pasara tan bien
allá que fui y me apunté,
pero nunca yo pensara
que lo pasara tan bien
Y ya desde el primer día
solo amigas encontré
pues tanto compañerismo
jamás yo me imaginé
Hace días vino a casa
mi mejor amiga, Inés
y como es de confianza
con ella me sinceré:
Voy a contarte un secreto,
siéntate y escúchame:
¡Soy infiel a mi marido!
¡no es posible! ¡no me digas!
¡no me lo puedo creer!
¿es acaso el butanero?
¿o el fontanero, tal vez?
¡no es posible! ¡no me digas!
¡no me lo puedo creer!
¿es acaso el butanero?
¿o el fontanero, tal vez?
¡No digas majaderías!
Pues entonces ¿quién es él?
¡¡el bolillero, mujer!!
No se qué magia tiene
y qué garra, y qué poder
que muchas cosas de casa
me las dejo sin hacer.
Cuando mi marido llega
y allí sentada me ve
un poco mosca pregunta:
Pues entonces ¿quién es él?
¡¡el bolillero, mujer!!
No se qué magia tiene
y qué garra, y qué poder
que muchas cosas de casa
me las dejo sin hacer.
Cuando mi marido llega
y allí sentada me ve
un poco mosca pregunta:
¿Cómo tu haciendo bolillos
y la casa sin barrer?
Solo subía el encaje
y así lo tengo a punto
para después de comer.
Y buscando mil excusas
me quiero justificar,
así que al sonar la puerta
y oigo sus pasos llegar
¡me va a pillar in fraganti!,
es lo que suelo exclamar.
Y cogiendo el bolillero
deprisa, y en un instante
lo coloco en el armario
como se oculta un amante.
Ayer mismo, muy airado
me increpó, diciéndome:
¿Pero aquí que es lo que pasa
que un botón a esa camisa
le falta ya más de un mes?
¡Ay Dios mío! ¡Qué lamento!
no me deja respirar
¿Por que no se irá este hombre
lo menos a Patagonia
pa una buena temporá?
Por la noche cuando llega
la hora de descansar
¿Vienes a dormir, cariño?,
él me suele preguntar
y yo fingiendo trabajo,
así suelo contestar:
Ve tu delante, ya iré
que cosas en la cocina
aún tengo que recoger.
que cosas en la cocina
aún tengo que recoger.
Y al comprobar que ya duerme,
despacito y con sigilo
saco el cuerpo del delito,
con su agradable ruidito
voy moviendo los palillos
hasta después de las tres.
Con razón nuestra maestra
al comprobar el trabajo
ve tan deprisa crecer,
que acostumbre a preguntarnos:
Pero ¿no dormís, o qué?
y empiezo un encaje nuevo
y sigo pensando en él
¡Qué bonito va a quedarme!
¡Qué buen marco le pondré!
Pues bien, ya sabes mi historia
mi querida amiga, Inés
¡Ven tu también con nosotras
y lo pasarás muy bien!
y a todas las que se aburran
yo las quisiera invitar
¡Que se vengan con nosotras!
¡verán lo que es disfrutar!
pues gozarán de viajes
allá donde encuentros hay,
harán muchas amistades
y depresiones no habrán.
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