Ayer, primer sábado de Marzo, pudimos asistir al VIII Encuentro Nacional de Encajeras de Bolillos, organizado por la Asociación de Mujeres "María Górriz" de Puente Genil, provincia de Córdoba.
Desde primeras horas de la mañana comenzó a instalarse el mercadillo con numerosos puestos de venta en el amplio solar de los jardines de Santa Filomena y la churrería para los desayunos, un detalle digno de comentar.
El día se presentó fresquito a primeras horas, subiendo el termómetro conforme transcurría la mañana, de forma que al acercarse el mediodía el ambiente contribuyó a que disfrutásemos de una jornada esplendorosa y muy agradable.
Nos recibió la Presidenta de la Asociación, Conchi García, mujer de un carisma extraordinario, cordial y amable, que con esa sonrisa que nunca se quita y sus atenciones, nos hizo sentir como en casa. Ya figura en la lista de mis amigos.
Aquello se animaba por momentos, riadas de asistentes e invitados inundaban las instalaciones por momentos, y en la calle colas de autocares que no paraban de llegar, muchos desde lugares muy alejados.
El ambiente festivo y cordial, como es habitual en estas jornadas de encuentro. En ese caso se me antoja que bajo un marco incomparable: una enorme y elegante carpa con calefacción incluida, además de los jardines y la Casa del Ciudadano, creo que se llama así, bonita, elegante y muy espaciosa.
Pese a que el número de asistentes desbordó todas las previsiones, el evento transcurrió con toda normalidad y gran animación. Las asistentes pudieron enseñar su arte y mostrar sus mejores trabajos: maravillas increíbles.
Yo asistí en calidad de invitado, acompañado de mi hija, por la asociación de Granada La Sabika.
Se me ocurrió la feliz idea de llevar un pequeño torno para madera así como lo necesario para improvisar un minúsculo taller; la Organización me instaló en un hueco muy apropiado donde, con gran sorpresa por mi parte pude conocer el interés y expectación que despierta entre las gentes el poder ver como se hace un simple bolillo. Mi sorpresa fue de más a mayor por la aglomeración de curiosos que se formó a mi alrededor.
Con mis escasos conocimientos del arte de tornear madera pude recrear la fabricación artesanal de un sinnúmero de piezas que luego regalaba a los espectadores con gran complacencia por su parte. Algunas de las señoras, y varias niñas, mostraron enorme interés por la técnica del torneado, más que por el objeto en sí, con gran sorpresa por mi parte. Con lo que estoy dispuesto a volver a colaborar, desinteresadamente por supuesto, en aquellos otros eventos a lo que me inviten.
Realmente ha sido una experiencia enriquecedora tanto para mí como para las personas asistentes.
Se me ocurrió la feliz idea de llevar un pequeño torno para madera así como lo necesario para improvisar un minúsculo taller; la Organización me instaló en un hueco muy apropiado donde, con gran sorpresa por mi parte pude conocer el interés y expectación que despierta entre las gentes el poder ver como se hace un simple bolillo. Mi sorpresa fue de más a mayor por la aglomeración de curiosos que se formó a mi alrededor.
Con mis escasos conocimientos del arte de tornear madera pude recrear la fabricación artesanal de un sinnúmero de piezas que luego regalaba a los espectadores con gran complacencia por su parte. Algunas de las señoras, y varias niñas, mostraron enorme interés por la técnica del torneado, más que por el objeto en sí, con gran sorpresa por mi parte. Con lo que estoy dispuesto a volver a colaborar, desinteresadamente por supuesto, en aquellos otros eventos a lo que me inviten.
Realmente ha sido una experiencia enriquecedora tanto para mí como para las personas asistentes.
Quiero dar las gracias expresamente a Conchi García, la Presidenta de la Asociación, a D. Manuel Baena, alcalde de Puente Genil, que se acercó expresamente a saludarme. Y al Sr. José Ramón, de Bolillos Artesanos, que se brindó a enseñarnos a todos como se tornea un precioso bolillo con un arte y una elegancia dignos del mayor encomio. Realmente este amigo nos regaló un breve pero magistral recital, si se me permite la expresión.
Luego nuestro almuerzo para reponer fuerzas, despedida y viaje de retorno a casa; viaje lleno de comentarios sobre la jornada.
No podía dejar de plasmar, aunque fuese así de escuetamente, mi impresión sobre este evento, que nunca olvidaré.
Saludos Fernando de Albolote